En 5 años se podrían haber comprado una casa en Londres, pero su vida no les motivaba y la cambiaron
Tras 7 años de vida frenética en Barcelona y Londres, Judit y Aitor se bajaron de su zona de confort para subirse a la vida que les motiva. Un 8 de febrero, inolvidable para ellos, llegaron a Bali y al poco tiempo pusieron en marcha “Less is more”, un proyecto social para apoyar a las comunidades locales alrededor del mundo. Su objetivo es hacer de su vida la aventura que ellos quieren. Ahora, están en Australia donde les entrevistamos vía Skype.
¿Qué habéis hecho hoy?
Judit. Hemos ido a la playa.
¿Y cuál es vuestro plan para los próximos meses?
J. No hacemos planes a largo plazo. Lo que sí sabemos es que hasta el 25 de febrero estamos en Australia recorriendo el país. Hemos ido al interior, al desierto, donde hemos pasado las navidades incomunicados totalmente (risas).
¿Cómo os organizasteis para dejarlo todo y al mismo tiempo no moriros de hambre por el camino?
J. En Londres nos fijamos un presupuesto mensual para alojamiento, comida y alguna salida, y el resto lo ahorrábamos. Así nos pasamos de febrero a diciembre de 2013. Ahorramos unas 30.000 libras. Yo que tenía más tiempo me puse a leer blogs, buscar información sobre el visado – que en ningún sitio está del todo claro y acabas yendo a la aventura -.
Es mucho dinero…
A. Teníamos una vida cómoda en cuanto a trabajo y salario, pero no nos motivaba…
¡Qué valientes! Por cierto, ¿qué tal estos días en el desierto?
J. Una experiencia de vida. Conducir kilómetros y kilómetros por carreteras de tierra cruzándote desde avestruces o canguros hasta caballos salvajes, y por supuesto las comunidades de aborígenes es brutal. De verdad, creo que si no se vive, no se conoce la realidad australiana 🙂
Aitor. Ahora estamos en la costa este y tras la Gold Coast, Sydney, Melbourne y Tasmania, iremos a Nueva Zelanda donde nos retaremos tanto física como mentalmente, y en mayo a San Francisco. Lo que suceda por el camino bienvenido será…
¿San Francisco es el final?
J. En San Francisco empezamos una nueva etapaen la que nos plantearemos nuevos retos y sueños. No queremos decirlo muy alto ni muy fuerte porque, como todo en esta vida, no es definitivo, pero prometemos emociones fuertes. Tendréis que seguirnos la pista para saber de lo que se trata…
¿De qué vivís?
A. Trabajando de freelance haciendo webs, de nuestro proyecto “Less is more” y de lo que teníamos ahorrado.
J. Calculamos que con nuestros ahorros podíamos vivir unos 3 años en Bali, pero al poco tiempo ya pusimos en marcha el proyecto de “Less is more”: invertimos en los materiales, en la confección, en los artesanos locales, y los llevamos en la mochila mientras los vendemos por aquí y online. En los últimos meses ha sido cuando hemos ingresado dinero para poder reponer parte del dinero que hemos ido gastando. Inicialmente, nos vinimos con estos ahorros y sin saber realmente qué íbamos a poner en marcha. Simplemente queríamos hacer un cambio de vida.
Durante estos días en Australia dormís en la furgoneta…
J. Puedes estar una noche en cada sitio y si alguien se queja, como nos ocurrió una noche que dormimos en una zona residencial, a la noche siguiente cambias de lugar. Lo malo es que te vea un ranger y tengas que pagar la multa.
A. La segunda o tercera noche acabamos escondidos detrás de unos viñedos entre unos matorrales.
J. Cuando estamos en ruta, solemos utilizar la app WikiCamps para encontrar zonas de descanso, pero en ciudades solemos buscar un hueco en zonas residenciales o en el mismo parking del McDonalds de turno.
Y son de pago…
J. En WikiCamps tenemos el filtro de gratuito (risas), mientras que en camping o parques nacionales tienes que pagar entrada desde unos 10 dólares por persona. Entonces, claro, si ya te gastas unos 20 dólares en comida al día más la gasolina, este gasto ya es significativo. Con lo que pasamos de parques nacionales, a menos, por supuesto, que podamos colarnos (risas).
«Yo llegué, estudié un máster en Auditoría financiera y valoración de empresas, enseguida encontré trabajo de auditora financiera; Aitor empezó a trabajar en una consultoría informática… El problema eran los sueldos. Y volvimos a Londres.»
¿Y antes de empezar vuestro viaje…?
J. Hemos vivido en Londres durante dos etapas. Fuimos en el 2006, cuando nos graduamos, estuvimos 3 años, volvimos durante un año y medio a Barcelona, y de nuevo a Londres durante tres años.
¿Qué tal España cuando volvisteis?
J. Bien, la gente nos decía: “no volváis tal y como están las cosas…”. Yo llegué, estudié un máster en Auditoría financiera y valoración de empresas, enseguida encontré trabajo de auditora financiera, Aitor empezó a trabajar en una consultoría informática… El problema eran los sueldos.
A. Te daba para vivir y ya. Muy lejos de la vida que teníamos en Londres.
J. Y no sólo eso, sino que no teníamos casi vida personal. Aitor, tenía la oficina a cinco minutos de casa y muchos días llegaba a las 21h. Yo trabajaba de lunes a domingo y, además, estudiaba. Por eso decidimos volver a Londres.
¿De qué trabajabais en Londres?
A. Yo me dedicaba al desarrollo web desde mi empresa como “Contractor”.
J. Y yo he trabajado en banca e inversión, en marketing como Community Manager y Brand Strategy para empresas españolas en Londres, y a finales de 2011 pusimos en marcha juntos una plataforma online para la promocionar a diseñadores emergentes de calzado. Pero en febrero de 2013 cerramos.
Parece precipitado…
A. Judit estaba full time en el proyecto y yo lo compaginaba con mi trabajo.
J. Vimos que teníamos que dedicarle 2 o 3 años de mucho trabajo para sacarlo adelante y Aitor no se sentía muy motivado con el proyecto, con el sector de la moda…
No parecéis personas que se desmotiven fácilmente…
A. A mi los tacones altos no me van… (risas). El proyecto me gustaba por el apoyo a los diseñadores, y muchos – con algunos seguimos teniendo relación- eran muy agradecidos, pero había otros que parecía que no les estuvieras haciendo un favor, sino que te lo estaban haciendo ellos, y me quemó un poco. Mi idea era apoyar a esos diseñadores y vi que de apoyar poco y lo que realmente estábamos haciendo ahí era vender zapatos.
J. El cierre del proyecto fue un punto de inflexión para plantearnos un cambio de vida.
Gracias a la difusión de las entrevistas podemos seguir compartiendo buenas historias. Si estás disfrutando, compártela. Deseamos que tengas una buena lectura.
Y aterrizáis en Bali.
A. Estuvimos ahorrando hasta final de año…
J. Nuestro plan inicial era ir a San Francisco; es muy chulo pero requiere dinero, y el dinero se consume rápido. Aitor no se veía otra vez entrando en una vorágine de estrés y de dejar al margen tu vida personal para dedicarte sólo a la parte profesional.
El sudeste asiático es un paraíso barato…
J. Bueno, paraíso relativo… (risas). Teníamos a los cracks detrás de QUMIERAspeciesm, con los que habíamos colaborado en el proyecto, que vivían en Bali. Vimos qué tipo de vida llevaban y dijimos “venga, ¡va!”.
A. Así que la idea inicial pasó a quedarnos una temporada viviendo allí, pero al poco tiempo ya teníamos ganas de poner en marcha algo…
Las primeras 4 noches las pasamos en Mote Surfstay, un Guest House, que dio la casualidad de que era de un español, un arquitecto y surfero, que salió en un programa de viajeros de la tv. Y como desde el primer día estuvimos viendo casas, pronto encontramos una habitación que nos gustara para instalarnos.
«En Bali teníamos la oportunidad de crear algo para concienciar sobre el consumo responsable y apoyar las tradiciones y el talento local.»
Vuestra primera reacción cuando llegasteis fue de “¿Qué narices hacemos aquí? Esto es un puñetero caos…”. Pero os adaptasteis rápido…
A. Tuvimos suerte porque conocíamos a esta pareja de portugueses y eso también te ayuda…
J. Quizás también es dar con el pueblo adecuado. A ver, allí hay casas con habitaciones de alquiler en todas partes y es tan fácil como llamar a las puertas y preguntar. Pero Canggu, un pequeño pueblo al suroeste de la isla con un rollo guay a lo Shoreditch londinense donde estuvimos, tiene ese equilibrio dentro del caos. Tiene su parte occidental, hay muchos extranjeros viviendo allí y, al mismo tiempo, no es un lugar turístico como pueden ser otros pueblos. En Canggu los extranjeros que hay, viven allí, como cualquier otro nativo.
Hablemos de “Less is more”, ¿qué es?
J. Con este proyecto aspiramos a unir fuerzas con un colectivo mundial de artesanos para co-crear accesorios exclusivos y responsables mientras apoyamos comunidades locales de una forma sostenible, asegurando condiciones de trabajo decentes y comercio justo, a nuestro paso por el mundo.
¿Cómo surge esta idea?
A. Nuestra idea, en realidad, idea era estar un mes o dos sin hacer nada, pero aguantamos sólo dos semanas (risas). Cuando iniciamos el viaje le comenté a Judit, que escribe muy bien, que molaría tener un blog para tener documentado nuestro viaje por nosotros y por la gente que nos quiere, pero más por nosotros para poder enseñarlo el día de mañana a los hijos… Y a partir del blog es cuando empieza a evolucionar un poco la idea hacia “Less is more”.
J. A mi me gusta la artesanía y en Bali teníamos la oportunidad de crear algo para concienciar sobre el consumo responsable y apoyar las tradiciones y el talento local. Además, es un proyecto que nos permite desarrollarlo por cualquier lugar porque siempre hay un colectivo artesano y tiendas locales que podemos apoyar
Creáis ediciones limitadas de productos únicos. Tanto por sus materiales, por su elaboración, por sus artesanos, por la historia que hay detrás…
J. Los collares, por ejemplo, están elaborados artesanalmente con latón reciclado por Gnatri Cris un artesano con un gran historia detrás.
Cuenta…
J. Es un chico de unos 35-36 años de un pueblo perdido de Java que a los 16 robó a su tía un gallo pensando en venderlo cuando llegara a Bali porque los gallos de pelea se cotizaban bien en el que momento, en los años 90. Lo vendió por unos 15 dólares y empezó a crear su historia. Ahora tiene su propio taller de latón. Gnatri dice que gracias a su dios…
Pero aún hay más, el packaging de los collares también es un producto único…
J. Sí. Pusimos mucho cariño en el packaging también y estuvimos varios días para idear las bolsitas donde van los collares. Las elaboró una chica que está empezando y nos la recomendó Gnatri. La verdad es que fue una gozada trabajar con ellos
Colgante de latón reciclado Bulan. Co-creado con un taller pionero de latón · Dalung, Bali. Conoce su historia >>
Colgante de latón reciclado Arona. Co-creado con un taller pionero de latón · Dalung, Bali. Conoce su historia >>
«Tengo claro que vamos a producir en más lugares y vamos a intentar apoyar a más comunidades. Si llegamos a Latinoamérica, creo que será un lugar espectacular para ello.”
¿Cuál es el futuro de Less is more?
J. No lo sabemos aún. Siempre está la parte de aventura que va ligado al proyecto y pensamos que evolucionará con el viaje. Yo tengo claro que vamos a producir en más lugares y vamos a intentar apoyar a más comunidades. Si llegamos Latinoamérica, creo qeu será un lugar espectacular para ello.
A veces lo mejor ocurre sin haberlo planeado…
J. Sí… Pueden además salir infinitas oportunidades, como por ejemplo, en colaboración con organizaciones creando impacto directo en comunidades, lo cual nos chiflaría..
¿Con qué país o ciudad os quedáis?
A. A Noruega tenemos que volver…
J. Nueva Zelanda es nuestro paraíso, Australia nos está sorprendiendo positivamente y a Londres le tenemos mucho cariño. Echamos más de menos Londres que Barcelona porque es donde hemos vivido desde los 21 nuestra vida independizados. Aitor y yo en realidad somos de montaña, aunque nos hayamos venido a Bali…Creo que lo mejor es lo que queda por ver.
A. Si Londres tuviera sol, vamos ya sería…
¿De todo lo que habéis visto con qué os quedáis?
J. Nusa Lembongan en el sur de Bali. Nusa Lembongan y Nusa Ceningan son dos islas unidas por un puente. Es un rincón del mundo increíble. Agua cristalina, arena blanca, viven tradicionalmente del cultivo de algas; cuando baja la marea ves cómo las recogen para después secarlas y proveer a toda la cosmética asiática. Tiene todavía ese equilibrio, pese a que ya hay alguna zona explotada turísticamente.
A. Yo Sulawesi
J. Y también con la gente. Tanto con personas que se convierten en amigos, en familia y con los que no te hubieras cruzado en tu barrio, en tu vida ordinaria, como con gente local. Siempre te puedes cruzar con malas personas que quieren aprovecharse de la situación, pero en Indonesia las que son buenas personas lo compensan porque son leales, hospitalarios, te tratan como a un hermano, te dan todo lo que tienen…
A. Y a veces incluso no te fías por el simple prejuicio de timar al turista, y piensas: “a ver qué nos pedirá luego…”. Y cuando ves que lo hace desinteresadamente te sientes mal por desconfiar.
Nusa Lembongan en el mapa…
«Siempre te puedes cruzar con malas personas que quieren aprovecharse de la situación, pero en Indonesia las que son buenas lo compensan porque son leales, hospitalarios, te tratan como a un hermano, te dan todo lo que tienen…»
¿Ha cambiado vuestra forma de percibir el mundo?
A. Yo hasta un año antes de decidir irnos de Londres estaba con mi plan de futuro de estar en una empresa multinacional, ir ascendiendo, trabajar, trabajar… Y el tiempo que llevamos viviendo en Bali ya me ha hecho reflexionar en no centrarme tanto en lo profesional y más a lo personal. La vida es mucho más que eso.
J. Lo bueno que te da viajar y desconectar de algún modo es que tienes una visión más amplia y ves que la gente se mueve en rebaño. Está todo montado de una manera que si quieres pertenecer a ello tienes que seguir unas reglas. Que todo tiene un orden y luego cuando llegas a tu objetivo qué…
Me planteo mi vida con 70 años, miro hacia atrás y me pregunto qué he creado, qué has aportado al mundo, a las personas que tienes cerca. Parece que da miedo plantearse hacer las cosas de una manera diferente.
¿No os preocupa no tener una estabilidad económica el día de mañana?
J. No. Y ahora te va a sorprender lo que voy a decirte: nuestra idea es tener cuatro hijos, y tenerlos pronto. Creo que el truco es acabar de integrar esa vida personal y profesional, yempezar a hacer algo, como “Less is more” que nos permita tener esa estabilidad económica, pero no para volver a lo que exactamente teníamos en Londres, sino para hacer nuestra vida como queramos. Sea lo que sea pero que nos motive.
A. Tenemos que intentar evolucionar hacia esto al final del viaje. ¿Cómo? No lo tenemos 100% claro, pero empezamos a tener pistas de ello.
«Miro hacia atrás y me pregunto qué he creado, qué has aportado al mundo, a las personas que tienes cerca. Parece que da miedo plantearse hacer las cosas de una manera diferente.»
Me recomendáis una canción…
J. On top of the world de Imagine Dragons.
A. mi es que la música me gusta toda y no tengo ninguna canción ni artista favorito.
Un capricho…
J. Una tableta de chocolate.
A. Los videojuegos.
Una web…
J. Twitter y cualquier web en la que pueda ver noticias, nuevos proyectos, tendencias…
A. Marca.com
En otra vida hubieras sido…
J. Artista, algo totalmente opuesto a lo que enfoqué en un principio mis objetivos.
A. Profesor.
Creo en…
J. En uno mismo.
A. Que la suerte no existe.
Una de tantas olas rompiendo con fuerza en el acantilado de Devil’s Tear por la mañana, un lugar especial que inevitablemente me enamoró. Fotografía hecha en Nusa Lembonga, Indonesia.
Click + info >
El mágico Devil’s Tear al atardecer, momento en el que se convierte en el rincón ideal para tomar algo sentado en el acantilado contemplando la puesta de sol. Fotografía hecha en Nusa Lembongan, Indonesia.
Click + info >
Espectacular panorámica de una granja de cultivo de algas haciéndose visible al bajar la marea con vistas al imponente Gunung Agung en Bali. Fotografía hecha en Nusa Lembongan, Indonesia.
Click + info >
«(…) hubieron personas que dijeron que estábamos locos, que con la vida que llevábamos en Londres, que con lo bien que estábamos qué hacíamos tirándolo todo por la borda, que la gente joven no sabe lo que quiere…»
Un consejo que os hayan dado…
J. Mi tía, pese a lo muy tradicional que es, siempre me decía cuando quería hacer algo que no se ha escrito nada de los cobardes.
A. El mío sí que es más tradicional: que disfrute la vida.
Un fracaso…
J. Tendremos muchos pero en realidad todo es experiencia. Un fracaso… pues podría ser la empresa para diseñadores de zapatos que no funcionó. Podríamos haberle puesto más recursos, más tiempo, haber hecho más, pues sí. Yo he cambiado de trabajo muchas veces. Lo más que he durado han sido 9 o 10 meses. Me acababa aburriendo, necesitaba cambiar… Podría haber enfocado mi vida profesional a tener un buen sueldo, a crecer profesionalmente. Pero al final todo pasa por algo, todo lo conviertes en algo mejor.
A. Solemos ser bastante optimistas.
Una frase o cita…
J. La que llevo tatuada: “Not all those who wander are lost”, de Tolkien.
A.Yo no soy mucho de citas.
¿Tu tatuaje, Judit, vino a raíz del cambio de vida?
J. Sí, me lo hice en Londres antes de irnos. A mi siempre los me han gustado tattoos y nunca había sentido que fuera el momento para expresar algo. Fue la guinda a nuestro cambio de vida y un poco de rebeldía porque hubieron personas que dijeron que estábamos locos, que con la vida que llevábamos en Londres, que con lo bien que estábamos qué hacíamos tirándolo todo por la borda, que la gente joven no sabe lo que quiere…Y sí, sabemos lo que queremos y queremos esto.
¿Qué le diríais a las personas que quieren hacer un cambio de vida y les falta un empujón por el motivo que sea: zona de confort, dinero, miedo…?
A. Nosotros nos hemos privado de un montón de cosas para poder ahorrar lo suficiente y miedo tenemos todos. Quien diga que no, miente. Pero es miedo a lo desconocido y la cuestión es lanzarse porque una vez estás metido en ello no es para tanto.
J. Para mí ese miedo es como un cosquilleo. Es decir, ¡ostras! No sé lo que estoy haciendo, cómo va a salir… Yo puedo entender que una persona tenga una hipoteca, hijos, es decir, una responsabilidad que lo ancle a donde esté y le tome más tiempo, pero si es lo que quieres, puedes hacerlo. Si es que no hay nada que perder. Realmente lo que estás perdiendo es no hacer lo que quieres hacer.