«El hashtag en el que encajo es #resiliencia». La vida de Javier Castaño, el limpiabotas de Twitter
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Foto: Moade Khan
Asturiano. 50 años. 16 viviendo en Málaga. Desde hace 3 limpiando botas en el Café Central de Málaga y durante 8 años regalando cuentas de Twitter a gobiernos. En los últimos meses ha aparecido en decenas de medios de comunicación y su acción ha recorrido casi todo el mundo. Pero esto ya lo sabemos. Descubre ahora quién es Javier Castaño y cuál es su historia personal.
@xabel | @limpiabotas_es
¿Qué valores te inculcaron en tu casa?
Mi carácter se forjó en una familia numerosa. Mi padre industrial y mi madre comercial, no nos faltó nunca de nada. Lo que influyó mucho en mi carácter es que el compañerismo de la Cuenca Minera es extremo, y eso te marca mucho. En general, para los asturianos es marca de la casa.
¿Tienes familia, Javier?
Viví 10 años en familia, con mi pareja y sus dos hijas, que conocí con 7 y 9 años, alemanas las tres, hasta que con la mayoría de edad la situación se fue desgastando.
Así que ahora, famoso en Twitter y soltero…
Bueno, conocí por Twitter a Rocío y cumplimos un año el pasado mes de septiembre. Lo que pasa es que ella está en Bilbao, yo aquí, y viene a Málaga unas 4 veces al año.
Tu vida personal es muy online también…
Sí (risas). Skype, Twitter y Whatsapp permanentes.
Un capricho… Los diabéticos sabemos bastante de suprimir caprichos. Dejar de serlo una tarde de domingo o, al menos, el tiempo de un tocinillo con nata o unas tortitas con caramelo y nata… Molaría.
¿Cómo llevas la diabetes?
Pues le miro el lado positivo. Ser diabético te obliga a tener mucha disciplina y ese orden en mi vida me ayuda mucho.
En 2007 Javier registró las siguientes cuentas de Twitter: @mieres, @asturias, @oviedo, @gijon, @madrid, @malaga, @andalucia, @roma, @canada, @riodejaneiro y @japan.
El día que hablamos con Javier, había conseguido contactar con Noriyuki SHIKATA @norishikata, Director de Comunicación de la oficina del Primer Ministro japonés en la embajada de Reino Unido. Pocos días después, antes de publicar esta entrevista, Javier ya ha conseguido entregar @japan a los japoneses; la última que le faltaba.
@japan se ha hecho de rogar…
Nos seguimos desde hace dos años, desde la época de la entrega de @canada, y cuando estaba ya todo a punto para entregarlo, hubo el cambio de gobierno en Japón y se paralizó todo hasta ahora.
¿Por qué te gusta tanto Twitter?
Porque no se vende, de momento. Están preservando bastante bien la esencia de lo que es. Yo he sido un enamorado de Google y traicionado por ellos también hasta llegar al insulto. Me quito el sombrero con su desarrollo y con todo lo que son capaces de hacer, pero con la ética de su modelo de negocio, no. Te exigen una serie de normas que ellos son los primeros que se saltan.
Por ejemplo…
Que no pongas enlaces en la sidebar cuando ellos son los primeros que venden enlaces en la sidebar o que no pongas contenido incrustado en tus secciones de la web cuando ellos venden contenido incrustado. Se contaminaron tanto por el dinero que dejaron de ser lo que eran.
Foto: Javier Castaño
Foto: Sebi González
¿Cómo un asturiano acaba viviendo en Málaga?
Yo vivía en la cuenca minera asturiana y la situación estaba mal. Por mi perfil técnico de delineante industrial me adapto con facilidad a otros campos como la arquitectura – si puedes dibujar el motor de un Ferrari, puedes dibujar casi cualquier cosa -. Málaga es una ciudad que me encanta, ya venía en feria y en Semana Santa, tenía amigos aquí y veía muchas más posibilidades.
¿Más fácil?
Bueno, cuando llegué a Málaga recibí ayudas de amigos y también pasé por varios trabajos, entre ellos la hostelería, hasta que me surgió una oferta de delineante. Un tiempo más tarde, volví a Asturias con una oferta de trabajo con muy buenas condiciones, haciendo trabajo tanto comercial como de gestión de obra, de una empresa que se dedicaba a la construcción de casas nórdicas de madera. A los ochos meses lo dejé y me volví a Málaga. Era un ritmo muy alto, con mucho estrés y tensiones.
A buscar trabajo de nuevo en Málaga…
Me salió trabajo fácilmente con arquitectos gracias a los contactos y la experiencia en estructuras de mi anterior etapa en Málaga como delineante, hasta el incendio de Mijas. Una zona donde tenía un proyecto muy importante en el cual la arquitecta había sobrecargado la oficina de personal, y con la zona incendiada ya no se podía construir ahí. Así que le dije: “no te preocupes que yo me voy”.
Vaya. ¡Qué vueltas te da la vida!
Llamé a un compañero de los calculistas y le pregunté quién necesitaba a alguien. Esa misma tarde fui a una entrevista en el pueblo donde vivía mi pareja y me contrataron. Encontrar trabajo en 24 horas y a 5 minutos de casa, ¡un lujo!
Ahí tenías 37 años, ¿verdad?
Si. Más tarde empecé a trabajar en diseño gráfico en la empresa Genera. Me gustaba y en Asturias ya había tenido una fotomecánica digital, había trabajado en fotocomposición, manejaba Freehand, QuarkXpress, Photoshop. Estuve dos años haciendo diseño corporativo.
¿Y los clientes? No parece fácil pasar del sector de la construcción al de las artes gráficas…
Por concursos y ayudas subvencionadas. Asociaciones, fotógrafos, panaderías, etc, que se acogían a esas ayudas y te enviaban su imagen actual y tú tenías que presentarles una alternativa de logotipo y convencerles. En cuanto elegían tu propuesta, desarrollabas toda su imagen corporativa completa.
«Estuve trabajando en la optimización y posicionamiento de ECO, un gestor de contenido pensado para medios de comunicación. (…) La primera vez que se televisó online la Fórmula 1 fue con ECO»
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¿Teníais mucho trabajo?
Hicimos unos 140 manuales corporativos por año, más o menos. Y ahora imagínate cuantas propuestas hay que presentar para que te seleccionen algunas… Era un equipo grande, una parte dedicada al diseño gráfico y la otra al desarrollo tecnológico en la que también estuve trabajando en la optimización y posicionamiento de ECO, un gestor de contenido pensado para medios de comunicación, y en especial canales de televisión.
¿Te refieres a ver los canales online y programas repetidos?
La primera vez que se televisó online la Fórmula 1 fue con ECO. Es un gestor de contenido que lo utilizan medios de comunicación. En su día, lo utilizó La Sexta y, actualmente, Canal Sur, Onda Azul o el Málaga C.F., que yo sepa…
Y dices que estuviste ahí solo dos años, ¿por qué?
Bueno, la empresa tenía una política de renovación de plantilla muy dinámica. Contrataban puestos muy concretos, de especialistas, y muy jóvenes. Tenían buen criterio para detectar el talento y las capacidades, en buena parte por el buen ojo de Juan Pablo Olmo. De hecho, diría que él fue el primero que me habló de Twitter.
¿Algún trabajo más que quieras declarar?
También trabajé con mobiliario de puertas. Era una época en que se construía mucho, y el mobiliario de puertas y armarios era muy importante. Había dos empresas líderes y estuve trabajando en una de ellas.
¿Cuando empiezan a irte mal las cosas?
Bueno, los últimos años antes de quedarme sin trabajo estuve como autónomo trabajando en marketing online y posicionamiento web. Todavía no había llegado Panda de Google y había muchas técnicas para posicionar una web.
Con algunos compañeros, formamos la asociación MálagaPRO con la que realizábamos “Quirófano web”, un evento en el que analizábamos las páginas web de las empresas participantes, tanto a nivel de diseño, programación, usabilidad, SEO… Además, les pasábamos el informe con nuestras recomendaciones, tanto de diseño como técnicas, para que ellos se lo dieran a los técnicos correspondientes de su empresa.
«Realizábamos “Quirófano web”, un evento en el que analizábamos las páginas web de las empresas participantes (…) Para los empresarios era muy didáctico y una información muy interesante ya que podían ver los fallos de otras empresas»
Javier Castaño en el evento Quirófano web.
Es una iniciativa muy buena, incluso para llevar a cabo actualmente…
Sí. Para los empresarios era muy didáctico y una información muy interesante ya que podían ver los fallos de otras empresas: por qué no tenían visibilidad, por qué tenían una web y no les servía para nada…
Y luego os contrataban a vosotros, supongo…
Esto lo hacíamos como una asociación; como un ‘Equipo A’. Para evitar ser competencia desleal, nosotros simplemente les entregábamos el informe y luego cada empresario ya decidía qué hacer, pero no nos ofrecíamos como alternativa. Paralelamente, teníamos otros trabajos por los cuales sí cobrábamos, claro. Estos eventos eran muy entretenidos, reunir a los empresarios, diseñar, maquetar y preparar las presentaciones… Y a mi que me encanta el diseño, la maquetación y todo esto… Incluso en Asturias llegué a tener mi periódico, a maquetar revistas de ámbito nacional durante cuatro años, como la de la Federación Española de Asociaciones de Videoclubs (FEAV), a trabajar con imprentas…
Espera, espera, Javier…
(Risas) Es que es muy largo. Es que mi vida es muy…. Hay de todo.
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Cuéntanoslo…
A ver, me compré una máquina de filmación de 12 millones de pesetas en el año 90 o 91. Por aquel entonces, cambié al mundo Mac y me puse con el Photoshop 1.07, el QuarkXpress… Empecé a trabajar ofreciendo el servicio de preimpresión, fotocomposición y demás para las imprentas: desde facturas o tarjetas hasta libros o, incluso, los carteles de las fiestas de mi pueblo.
¿Y lo del periódico?
Heredé un periódico local de las Cuencas mineras de Asturias. Me explico, el periódico se fue endeudando conmigo y llegamos al acuerdo de que yo me hiciera cargo del mismo. Montamos un equipo para sacarlo adelante y empezamos a publicar un periódico gratuito mensual, con buena maquetación e incluso con mejor separación de color que muchos periódicos de pago de aquellos años. Sin embargo, fui incapaz de soportar la financiación en unos años de mucha morosidad y un sector cambiante en el que las imprentas se empezaban a autoabastecer de fotolitos.
«Los jueves me junto con un amigo e intentamos ‘empaquetar’ alguna cosilla a dos voces. La mitad de las veces se queda en unas cervezas y un poco de charla»
«Mi mantenimiento, mi hobby, mi ejercicio»
«Este muro siempre te devuelve la pelota para donde no esperas«
«Me quedé con 300 euros en la cuenta (…) volví a Málaga a la casa de un amigo que me acogió. Al día siguiente, me bajé temprano a pasear y a despejarme»
Y a los 47 años te quedas sin trabajo, sin prácticamente dinero… ¿Qué piensas?
El primer reflejo fue mirar Asturias, a ver cómo estaba aquello. Además, tenemos una casa de vacaciones en Bañugues y otra en mi pueblo, Mieres, cuyo titular es mi primo, pero él considera que es de toda la familia, y eso siempre es un colchón. Así que me fui. Pero me encontré una Asturias muy bloqueada, con el gobierno de Cascos y la famosa pinza del PP y del PSOE, y aquello estaba inmovilizado totalmente. Iba por los parques tecnológicos y aquello daba miedo, muy poca actividad.
¿Entonces?
Estuve casi un mes allí buscando trabajo con un currículum bueno; con formación y experiencia en varios campos, había trabajado para clientes como La Sexta, Fernando Alonso… Es decir, por ejemplo, la página de Buenafuente, el código está optimizado por mi. Además de la experiencia como delineante industrial y demás. Total, que me quedé con 300 euros en la cuenta…
Y con 300 euros, 47 años y en paro te volviste a Málaga…
Sí, volví a Málaga a la casa de un amigo que me acogió. Al día siguiente, me bajé temprano a pasear y a despejarme. A eso de las 10 de la mañana empieza a entrar el solecito y mirando el nuevo puerto que estaba en obras, veía que toda la gente venía con los zapatos polvorientos. Me dio la risa floja.
¿Por qué la risa floja?
Porque a mi me preguntaban de pequeño qué quería ser de mayor y yo decía: “limpiabotas”.
¡Qué dices! ¿Ya te venía de pequeño?
Sí, sí… Antes de que me instalaran el sentido común. Los domingos mi padre y yo nos escaqueábamos de misa y nos íbamos a tomar el vermut y le limpiaban los zapatos. Entonces, paseando por el puerto y viendo esos zapatos polvorientos pensé: “por 3 euros puedo limpiar el par y tener un plato en la mesa”. Así que no le di muchas vueltas. Me lo planteé como ensayo – error, Pensé que podía salir bien porque toda la vida lo hice. Toda la vida limpié los zapatos de mis hermanos.
¿Cómo empiezas, cómo te organizas, cómo encuentras tu esquina para limpiar los zapatos…?
Empecé a pensar como delineante para diseñar el limpiabotas: una caja, una cabina, o qué… Al principio me planteé un diseño moderno para el puerto. Fui al Ayuntamiento solicité una licencia para vía pública y me la denegaron. Luego probé en el muelle 1 para instalarme en el puerto y me dijeron que necesitaba un proyecto, un seguro de responsabilidad civil y en función de cómo valoremos tu proyectos y el espacio que necesites te saldrá un canon a pagar.
“Por 3 euros puedo limpiar el par y tener un plato en la mesa”
Porque tú qué querías montar, ¿una noria-mirador estilo el London Eye o simplemente limpiar zapatos?
(Risas) ¡Oh, Dios! No había presupuesto para seguro ni pa’ canon… Entonces, me fui al Café Central de Málaga y hablé con Rafael, el propietario, le gustó la idea y cambié el estilo moderno que me había imaginado por el estilo retro para adaptarme al entorno. Hice el diseño de la caja y un carpintero la construyó. Y Rafael me dio todas las facilidades posibles.
El 31 de marzo de 2012 empiezas, ¿cómo fue tu primer día?
El primer día no limpié ningún par. Empecé el Domingo de Ramos, el peor día para limpiar zapatos porque toda la gente sale impecable, es un día de estreno.
¿Qué tipo de clientes tienes?
Mayoría analógica. También hay un grupo de amantes del calzado, yo les llamo frikis, que cuando les limpias los zapatos por primera vez con buen producto, exigencia y esmero notas que les encanta. Y luego, siempre hay algún turista.
¿Qué horario haces?
De lunes a viernes de 8h a 15h. Estando en Málaga es un lujo porque las tardes son maravillosas.
«Al principio practicaba en mi casa. Cogía un zapato, lo dividía por partes y comparaba productos… Probando y descartando hasta dar con lo mejor.«
En fin, que llevas ya 3 años…
Pues sí… Al principio me marqué un plazo de 6 meses para perfeccionar y tener un nivel de experto. Y ahora con 3 años de rodaje tengo una selección de productos y de métodos que marcan, para mi gusto, diferencia, y con el cliente que le apasiona el zapato lo noto también. Al principio practicaba en mi casa. Cogía un zapato, lo dividía por partes y comparaba productos… Probando y descartando hasta dar con lo mejor.
Un consejo que te hayan dado…
El de José María. Salíamos del trabajo, bajando por la escalera yo seguía con la conversación del trabajo y me dijo: “esto ya no lo pagan, Javi”
Recomiéndanos una canción… Zaz – Je veux. (Escúchala en nuestra lista de Grooveshark.
Un fracaso… Buf, voy servido…. No intuir que los fotolitos podían desaparecer. Invertí mucho en una máquina que años después Agfa casi regalaba a cambio de consumo fiel. Muchos errores.
La vida te ha dado muchos golpes y siempre has sabido avanzar y renovarte… ¿Cómo?
Yo creo que el hashtag en el que encajo es #resiliencia. Y como yo, mucha gente. Creo que en estos momentos de crisis es muy importante; a más agobio, más empuje. Que no te vengas abajo.
La resiliencia es la capacidad para sobreponerse a períodos de dolor emocional y situaciones adversas.
¿Esto es lo que le dirías a muchas personas en tu misma situación?
Sí, apretar un poco los dientes y pa’ lante porque realmente necesitamos muy poco para salir adelante. A ver, a un padre que tenga niños y más responsabilidades es muy difícil aconsejarle, prefiero quedarme callado. Pero a la masa de gente que no tiene responsabilidades y está en casa diciendo: qué mala suerte, que no me sale nada… Eso mismo si lo pasas a activo; en lugar de sofá, voy a hacer algo… Es cuestión de actitud.
¿Piensas que los zapatos pueden decir algo de la persona, así como la mirada?
Siempre se dice eso, sobre todo las madres. Yo pienso que unos zapatos limpios sacan pa’ lante unos pantalones rotos. Y unos zapatos sucios echan pa’ bajo un traje a estrenar.
Muchas gracias, Javier.